domingo, 30 de diciembre de 2018

España, por Fernando Vallespín

Cuando hace unos días Aznar afirmó que Cataluña era una Comunidad Autónoma fallida se equivocaba. La nación fallida es España. Sí, si no lo fuera no tendríamos el problema que tenemos al otro lado del Ebro. O, ya con menor intensidad, en Euskadi. Lo que Aznar y los suyos son incapaces de ver es que una nación no es una entidad metafísica construida de forma apriorística. En esto nada les distingue de los así llamados nacionalismos periféricos. Todos ellos parten del presupuesto de que si los datos empíricos se apartan del ideal, pues peor para la realidad. A esta habría que introducirla así en una especie de lecho de Procusto para que se conformara a aquel. Tengo para mí que el uso partidista de los símbolos comunes es la actitud contraria de lo que debería ser un patriotismo bien entendido. El auténtico patriota es el que no excluye de la nación a quienes no tienen la misma concepción del ser nacional ni utilizan esta como arma en la confrontación política. Como si hubiera una forma buena y otra mala de ser español. ¿Que esto es lo que hacen los independentistas, señalar a quienes no comparten su visión del sol poble? Pues razón de más para no caer en esta espiral. LEER

2018: el año de los charlatanes , por Moisés Naím

Los charlatanes siempre han existido. Son bribones que con gran habilidad verbal logran venderle a incautos algún tipo de producto, remedio, elixir, negocio o ideología que, sin mayor esfuerzo, les quitará sus penas, aliviará sus dolores o los hará prósperos. Últimamente, el mercado de la charlatanería, especialmente en la política, ha tenido un gran apogeo. Ha aumentado tanto la demanda como la oferta de soluciones simples a problemas complejos. La demanda la impulsan las crisis y a la oferta la potencian las redes sociales . Los embaucadores de hoy son, en esencia, similares a los que siempre han existido, solo que ahora disponen de tecnologías digitales que les dan inimaginables oportunidades. Son charlatanes digitales. La intervención clandestina de un país en las elecciones de otra nación es un buen ejemplo de prácticas antiguas que se han repotenciado. Ahora los charlatanes digitales operan a través de los famosos bots. Estos son programas que diseminan a través de las redes sociales millones de mensajes automáticos dirigidos a usuarios que han sido seleccionados porque tienen ciertas características: una determinada edad, sexo, raza, localización, educación, religión, clase social, preferencias políticas, hábitos de consumo, etcétera. Como todos los buenos charlatanes, los administradores de los bots saben identificar a las personas propensas a creerles. Antes, los charlatanes usaban su intuición para identificar a sus víctimas, ahora usan algoritmos. LEER

jueves, 20 de diciembre de 2018

La autonomía como valor instrumental, por Francesc Carreras

La autonomía, por tanto, no es un valor absoluto y primario sino relativo, un instrumento supeditado a la finalidad principal: que el Estado sea más eficaz y eficiente para hacer posible los más amplios ámbitos de libertad de las personas, como sujetos de derechos fundamentales, sin discriminación alguna. Si se quiere reformar la organización territorial se debe tener claro este carácter subordinado de la autonomía: no se trata de “cuanta más, mejor” sino “justo la necesaria” para garantizar la igual libertad de todos. LEER

sábado, 15 de diciembre de 2018

Feliz Navidad, por Manuel Vilas

Feliz Navidad a las mujeres de todos los clubes de alterne de España y de todas las islas españolas. Feliz Navidad a todos los que están en la cárcel, y a todos los que no saben que mañana ingresarán en la cárcel. Feliz Navidad a los alcohólicos. Feliz Navidad a los ancianos en los asilos. Feliz Navidad a los devorados por el Alzheimer, que no recuerdan qué es la Navidad ni que ellos fueron protagonistas de maravillosas Navidades. Feliz Navidad a los maestros de la escuela pública. Feliz Navidad a la Guardia Civil. Feliz Navidad a Pablo Iglesias. Feliz Navidad a Bertín Osborne. Y Feliz Navidad a todas las monjas de los escasos conventos de clausura que aun quedan en España. Feliz Navidad a Antonio Machado, que aunque está muerto entenderá el abrazo que le mando. Feliz Navidad a todos los que vieron morir a los suyos a manos de la ETA. Feliz Navidad a los que aún saben distinguir el bien del mal. Feliz Navidad a Raphael, para que siga cantando su Tamborilero. Feliz Navidad a Oriol Junqueras, porque su corazón es noble, y Feliz Navidad a LEER

Ordesa, por Juan José Millás

Ordesa es la carta del náufrago que esperábamos desde hacía años. Llegó a las librerías cabalgando sobre una ola de espuma que al retirarse la dejó en la orilla, abandonada entre una cantidad notable de restos de lo más variado. No destacaba por su título ni por su portada, tampoco por el nombre de su autor, que no era conocido fuera de determinados circuitos. Pero bastaba leer la primera página para advertir que aquella llamada de socorro venía de lo más hondo de nosotros mismos. Nos reclamaba porque en cierto modo, además de sus protagonistas, éramos también sus autores. LEER

lunes, 3 de diciembre de 2018

El fascismo que viene, por Enric González

Las causas de que el fascismo esté en auge dan para una enciclopedia. Desde los disparates fiscales del neoliberalismo hasta la angustia ante la revolución tecnológica y la destrucción del trabajo como valor, desde el envilecimiento de ciertas élites hasta la glorificación del egoísmo, desde los cambios provocados por la mundialización y los movimientos migratorios hasta el debilitamiento de las instituciones nacionales frente a nuevas instituciones internacionales que no han logrado ser lo bastante eficaces y lo bastante representativas. La izquierda, sea lo que sea eso, debería preguntarse por qué lleva décadas articulando su proyecto en torno a las minorías. Precisemos: en torno a un proceso de creación, exaltación y radicalización de minorías que, llevado al absurdo (y en el absurdo estamos), genera un mosaico de piezas imposibles de ensamblar. ¿Cómo va a ser posible componer ese rompecabezas, si cada pieza compite con la otra por un mismo espacio y tiene objetivos incompatibles con los de la pieza de al lado? El fascismo que viene cuenta con la capacidad de destruir la democracia en nombre de la democracia. Como en otras ocasiones, solo puede ser derrotado por una mayoría que defienda los delicados y esquivos principios de la convivencia. En otras ocasiones fue imposible componer esa mayoría. Parece que hoy tampoco. LEER

martes, 27 de noviembre de 2018

Política de serrín y estiercol, por Joaquín Estefanía

La estrategia de la crispación no se debe al grado de exaltación, y hasta de locura, de quien la practica, sino que es una estrategia deliberada porque entiende que le beneficia para sus intereses electorales. Llegó desde los EE UU de Bush II y sus neocons, y la teorizó su principal asesor, Karl Rove. Los politólogos han definido esa estrategia de la crispación como un desacuerdo permanente y sistemático sobre las iniciativas del antagonista político, presentado desde la otra parte como signo de un cambio espurio de las reglas del juego y, en última instancia, como una amenaza a la convivencia o al consenso democrático.Se implanta mediante la ausencia total de colaboración con el Gobierno en algunos temas que, en buena parte, se corresponden con los que hasta hace poco tiempo se habían identificado como “temas de Estado” (política antiterrorista, exterior, territorial…), que ocupan el centro de la agenda política. Así, el partido que lidere la estrategia de la crispación renunciará a discutir las políticas del Gobierno tratando de deslegitimarlas por todos los medios; rechazará de modo sistemático las iniciativas del Ejecutivo evitando competir con él mediante la contraposición de las suyas propias; se negará a aceptar cualquier oferta de acuerdo por parte de los gobernantes, inclinándose a invertir los papeles, y exigiéndoles a aquellos acuerdos y compromisos basados en sus contrapropuestas, como si le correspondiese a la oposición la dirección de la política nacional. LEER

sábado, 24 de noviembre de 2018

Por qué ganó Trump,por Antonio Caño

¿Cómo es posible que semejante truhán se haya ganado la confianza de tantos norteamericanos? Ya se han dado muchas razones y algunas van bien encaminadas: el daño producido por la crisis de 2008 en el cinturón industrial del país, el pánico de la minoría blanca tras la victoria de Obama, la resistencia de ese mismo grupo a la pérdida de los privilegios de los que han gozado históricamente. Lo cierto es que por esas y otras razones, hay más votantes de Trump de los que uno cree reconocer. Como dice en The Washington Post el escritor Paul Theroux: “Hay muchos Trumpers ruidosos, pero hay muchos Trumpers vergonzosos también; yo he descubierto muchos en mi adorable y progresista familia, y quizá en la de ustedes también los hay”. Tal vez una de las razones del éxito de Trump es que su discurso y su conducta no resultan tan ajenos a los valores y tradiciones americanas como se puede creer. Ciertamente, Trump no es digno ocupante de la silla de Lincoln o Roosevelt, pero no está tan lejos del temperamento, la falta de escrúpulos y el odio de Nixon hacia sus rivales. No se identifica con el intelectualismo de Obama o Wilson, pero sí con el populismo de Reagan. Podemos seguir dos años más lamentándonos del desastre que representa Trump, ajeno a los valores que nos gustan a nosotros, como la solidaridad, la compasión, la diversidad, el civismo, la educación, o pensar en qué motiva a quienes no los comparten a buscar opciones tan radicales y disparatadas. Si esto no se resuelve a tiempo, Trump seguirá en la Casa Blanca después de 2020. LEER

lunes, 12 de noviembre de 2018

Todo por la gobernabilidad, por Enric González

El difícil tránsito del franquismo a la democracia parlamentaria, y la conciencia de una historia turbulenta y en ocasiones penosa, nos dejó en herencia una excesiva preocupación por la gobernabilidad, es decir, por extremar las medidas de seguridad contra posibles descarrilamientos colectivos. En ese mismo difícil tránsito se mantuvieron privilegios inadmisibles de los entonces llamados “poderes fácticos” Gobernar España es complicado porque el país es complicado. Pero la gobernabilidad ha estado siempre garantizada por el único sujeto que puede garantizarla: el conjunto de los ciudadanos. Si echamos la vista atrás y contemplamos el paisaje de estas últimas cuatro décadas, el factor esencial de sensatez ha sido la ciudadanía.../...Trabajamos (cuando podemos), votamos razonablemente y, al menos de momento, nos aguantamos las ganas de enviarlo todo a hacer puñetas. LEER

lunes, 5 de noviembre de 2018

Entrevista con Boaventura de Sousa Santos, por Javier Martín del Barrio

Vivimos un ciclo reaccionario, típico entre los intervalos de globalizaciones. Es un tiempo en el que aumenta la agresividad y la rivalidad entre países -en Europa dio origen a dos guerras-. Su cara visible es Steve Bannon, ex asesor de Trump. No es casual que su organización, The Movement (El Movimiento), se haya instalado en Bruselas. Su objetivo es conseguir una mayoría de euroescépticos en las elecciones europeas de mayo y así destruir, democráticamente, la UE. Portugal demostró que el neoliberalismo era una mentira. Con soluciones contrarias a esa ideología, el Gobierno ha dado un respiro a las clases populares. La economía crece, la inversión llega, el paro baja. Si esto hubiera ocurrido en otro país sería noticia mundial. LEER

lunes, 22 de octubre de 2018

Corrupción española, por Santos Juliá

Escribía Karl Marx que nunca, jamás, ninguna revolución había ofrecido espectáculo tan escandaloso en la conducta de sus hombres públicos como la española, emprendida en interés de la “moralidad”. Ya fueran partidarios de Espartero, ya lo fueran de Narváez, los partidos que formaron la coalición de 1854 se habían preocupado sobre todo de repartirse “el botín de cargos, empleos, salarios, títulos y condecoraciones. Marx en 1854, Valera en 1873, Costa en 1901, Azaña en 1930 coincidían en que la corrupción, más allá de definir las políticas del sistema, afectaba al corazón mismo del sistema de la política. LEER

Enmascarar la realidad, por Joaquín Estefanía

Existe una serie de conceptos a nuestro alrededor en el mundo de la política, la economía y lo público que, siendo utilizados masivamente, contribuyen a esa manipulación del lenguaje que debilita la calidad de la democracia y contribuyen a destruirla o a debilitarla. Las “armas inteligentes” son aquellas que deben matar a los malos y perdonar la vida a los buenos, y al “banco malo” se le endosan los activos tóxicos del resto de las entidades que de esta forma se convierten implícitamente en bancos buenos. La “confianza” se atribuye siempre a los mercados, para lo que hay que hacer siempre las mismas cosas: bajos salarios, deterioro de las pensiones, reducir el papel del Estado, flexibilizar el mercado de trabajo, etcétera. LEER

Salvamento, por Manuel Vicent

El terrible espectáculo de los inmigrantes huidos del hambre y de la guerra, que son rescatados en el Mediterráneo, de hecho, supone una operación contraria de salvamento. Son ellos quienes vienen a salvarnos. Ahora estos náufragos limpian el cúmulo de basura que dejan nuestros adorables adolescentes después de los conciertos y los botellones, piden limosna en la puerta de los rebosantes supermercados, realizan los trabajos más duros que nadie quiere, contemplan con las manos en los bolsillos el paso de la historia por las esquinas. Cuando en el futuro los descendientes de estos esclavos sean tan señores como usted, a ellos deberá Europa agradecer el no haberse extinguido como una vieja caduca, egoísta y achacosa. LEER

Sobre la política, por Luis García Montero

La política democrática es un debate sobre los asuntos públicos, no una pelea crispada por las escrituras de propiedad de un cortijo. Las formas, los procedimientos, las instituciones son un modo de reconocer al otro, una experiencia democrática a la hora de admitir que la nación es un lugar compartido. Muchas personas que no han sentido su tierra como una propiedad particular recibieron por ello la acusación de no ser buenos españoles, buenos catalanes o buenos vascos. El desprestigio público de la política supone, nada más y nada menos, que el desprestigio público de la única vía que la democracia tiene para regular lo público. Es el deterioro de su propio ser. La corrupción, el sectarismo, las mezquindades internas, el cuanto peor mejor, desembocan en sociedades que no pueden confiar en sus instituciones, entendidas también como cortijos por unos poderes económicos que imponen su ley como justicia. El desprecio a la convivencia se apodera del interior de las instituciones democráticas y deja a la política sin su razón de ser.

domingo, 14 de octubre de 2018

Si los populistas son el problema, ¿cuál es la solución?, por Antón Costas

a indignación de los progresistas contra los populistas está muy bien, pero no es suficiente para derrotarlos en las elecciones. La razón es que no están planteando bien la batalla. El problema no son los populistas, sino saber por qué tantas personas los apoyan pese a los riesgos que significan. Mientras las élites no acepten que tienen una importante responsabilidad en el ascenso de los populistas, difícilmente se conseguirá derrotarlos. En este escenario político de ascenso de la extrema derecha, el triunfo de Emmanuel Macron en Francia —o el Gobierno socialista de Pedro Sánchez— puede ser el canto del cisne antes del triunfo total del populismo en Europa. LEER

sábado, 29 de septiembre de 2018

El eclipse de la ética en la actualidad, por Leonardo Boff

Es necesario enraizar en aquellos valores específicamente humanos para que todos puedan asumir una nueva ética donde primen el cuidado, la solidaridad, la responsabilidad universal y la justicia. Tenemos que volver a fundar una ética que se enraíce en aquello que es específico nuestro como humanos y que, por eso, sea universal y pueda ser asumida por todos. LEER

lunes, 24 de septiembre de 2018

Entrevista a Jaron Lanier (Babelia 15/09/18)

Los monopolios han arruinado Internet. No creo que Facebook añada ninguna utilidad. Lo que hizo fue integrar técnicas conductistas para crear adicción. Es muy similar a la expansión de los cigarrillos. Es un uso deliberado de métodos conductistas. Esto no lo digo yo, sino algunos de los fundadores de Facebook como Sean Parker. La razón de que lo use tanta gente no es que añada ninguna utilidad, lo que añade son técnicas de adicción. Esa diferencia es extremadamente importante. LEER

"Procés", por Santos Juliá

¿Cómo se popularizó esta expresión para referirse a la creación de un nuevo Estado? LEER

Ética partidista para idiotas, por Teodoro León Gross

Un fantasma recorre España: ¡plagio! ¡plagio! Es un clamor, como escriben los cronistas menos inquietos por renovar el lenguaje. Se diría que algo muy sagrado para la sociedad española ha sido violado. ¡Plagio! Y ante ese escándalo, hemos reaccionado dignamente poniendo pie en pared, no ya con una moralidad inquebrantable, sino con exquisita pulcritud intelectual. ¡Plagio! ¡Plagio! El caso es que resulta algo raro, ya que hasta ahora no parecía haber un particular interés por el plagio, y de hecho la propiedad intelectual a menudo ha sido objeto de burlas al abordar la cuestión de la piratería tan extendida aquí. Pero ahí está España, desayunándose titulares de Turnitin y PlagScan en un ay ante la posibilidad de que un político pueda haberse apropiado de ideas o parrafadas de otro. ¡Plagio! Es un espectáculo formidable. Parece que estamos a cinco minutos de que un portavoz de la oposición declare “merecemos un presidente que no nos plagie” como años atrás se decía “merecemos un presidente que no nos mienta”. LEER

lunes, 10 de septiembre de 2018

Aprovechemos la oportunidad, por Marina Subirats

Si olvidamos las guerras de banderas, las soluciones existen: Cataluña necesita consolidar su autogobierno sobre bases sólidas, no sometidas constantemente a la amenaza de recentralización; España necesita aceptar de una vez su pluralismo interno, en un mundo en el que las amenazas para las lenguas no son ni el euskera ni el catalán, sino ser barridas por el inglés. Acerquemos la soberanía a los pueblos, a las ciudades, democraticemos la Unión Europea. Tenemos por delante tareas mucho más apasionantes que las de poner y quitar lazos de colores y mirarnos a cara de perro calculando la próxima agresión. LEER

martes, 28 de agosto de 2018

Entrevista a Richard Bennett (El País Semanal: 19/08/18)

El capitalismo moderno funciona colonizando la imaginación de lo que la gente considera posible. Marx ya se dio cuenta de que el capitalismo tenía más que ver con la apropiación del entendimiento que con la apropiación del trabajo. Facebook es la penúltima apropiación de la imaginación: lo que veíamos como útil ahora se revela como una manera de meterse en la conciencia de la gente antes de que podamos actuar. Las instituciones que se presentaban como liberadoras se convierten en controladoras. En nombre de la libertad, Google y Facebook nos han llevado por el camino hacia el control absoluto. LEER

Sobre la vida y las tumbas, por Luis García Montero

Cuando oigo a alguien defender a Franco o poner problemas para la exhumación de sus restos, me acuerdo de una travesura de Juan de Mairena, autor de la tragedia Padre y verdugo dedicada con simpatía a Jack el destripador. "Qué padre tan cariñoso pierde el mundo. Esto exclama Jack, momentos antes de ser ahorcado". El drama trágico fue abucheado porque el público no estaba en condiciones de comprender la intención de Mairena. Confieso que yo tampoco alcanzo a comprender a nadie, de ningún partido democrático, ni de la derecha ni de la izquierda, que pueda oponerse a que los huesos de un dictador tan cruel pasen a la memoria íntima de su familia y dejen de ocupar un espacio de Estado, después de 80 años de su victoria y de 43 años de su muerte. LEER

viernes, 29 de junio de 2018

El hijo del joyero, por Juan José Millás

El autor recurre a su experiencia como profesor de escritura creativa para indagar con humor en los secretos y desafíos de la buena literatura LEER

lunes, 25 de junio de 2018

Manifiesto "senectescente", poe Pedro J. Bosch

La conmemoración del cincuentenario del 68 es un momento óptimo para reivindicarnos. Pedimos, exigimos, que se nos trate como lo que somos, ni jóvenes ni maduros sobrepasados (por cierto, el profesor de Manchester Terry Eagleton dice que la diferencia entre los viejos y los jóvenes radica en que los jóvenes todavía creen en el concepto de la madurez), pero tampoco “viejos”, sino aprendices de un tiempo nuevo, llenos de experiencia y unas ganas locas de transmitirla y defenderla de los depredadores (el tea party planetario) que atribuyen al 68 todos los desmanes de los tiempos actuales, desde el disolvente relativismo a la laminación del principio de autoridad, sin reconocerle ninguna de sus virtudes, como haber liberalizado las costumbres y promovido la conciencia antibelicista, la lucha por los derechos sociales, el ecologismo, la igualdad de oportunidades, ¡la píldora anticonceptiva!... LEER

jueves, 24 de mayo de 2018

Otros sueños, por Manuel Vicent

Con una sensación de miedo, vergüenza, dolor, repugnancia, compasión, congoja, mierda y resignación, se va el ciudadano todas las noches a la cama. ¿Qué otros sueños puede esperar? LEER

martes, 15 de mayo de 2018

La matanza, por Manuel Vicent

. Esta costumbre de acuchillar toros en público con mayor o menor destreza está en plena decadencia, pero aún recibe el aliento de la derecha castiza que la ha declarado bien de interés cultural como una prueba más de la putrefacción política en que vivimos. LEER

domingo, 13 de mayo de 2018

Recuérdalo tú, por Antonio Muñoz Molina

Los pistoleros y sus sacristanes y sus lameculos y sus hooligans usaban el lenguaje de la épica, el romanticismo venenoso y exaltado del Pueblo, esa abstracción tan conveniente para derramar sangre con la conciencia limpia. Ellos, los acosados, los señalados, las probables víctimas futuras, estaban defendiendo la democracia, ejerciendo con miedo y coraje la decisión de no aceptar la tiranía de las armas. Policías, guardias civiles, jueces preservaron ese don tan frágil y tan poco celebrado cuando se le disfruta que es el imperio de la ley. Pero fueron ellos, los aislados, los muy escasos, los amenazados, los que mantuvieron la dignidad civil. No quiero que se me olvide nunca. LEER

lunes, 30 de abril de 2018

La guerra de Trump contra los pobres, por Paul Krugman

Estados Unidos no ha estado siempre, ni siquiera habitualmente, gobernado por los mejores ni por los más brillantes; a lo largo de los años, los presidentes han dado empleo a muchos sinvergüenzas e imbéciles. Pero no creo haber visto nunca semejante colección de estafadores y malhechores de poca monta como la que rodea a Donald Trump. Price, Pruitt, Zinke, Carson y ahora Ronny Jackson: a estas alturas, nuestra suposición por defecto debería ser que algo malo debe de tener cualquier persona a la que el presidente quiera en su equipo. La cuestión interesante no es si Trump y sus amigos están intentando hacer la vida de los pobres más desagradable, brutal y breve. Porque lo están haciendo. La pregunta es más bien por qué. ¿Se trata de ahorrar dinero? LEER

sábado, 28 de abril de 2018

Bailando con lobos, por Julio Llamazares

Los lobos tienen mala prensa, pero si estudiáramos más su comportamiento sabríamos más del nuestro, que se mueve por los mismos cauces, sobre todo llegados a determinados extremos. Ya lo sentenció Hobbes: el hombre es un lobo para el hombre. Viendo al Partido Popular de Madrid actuar desde hace ya tiempo, pero sobre todo este último mes, la imagen de la manada de lobos se vuelve más pertinente, referida sobre todo a ese momento en el que las cosas se tuercen y los lobos, antes amigos y compañeros, comienzan a atacarse unos a otros con una fiereza que causa pavor. Todos sabían su condición, pues se conocían desde sus inicios (en el caso del PP madrileño, desde aquel famoso tamayazo que les propició el control absoluto del territorio y la caza en exclusividad), pero muchos no imaginaban la voracidad de algunos de sus congéneres ni su agresividad a la hora de defenderse cuando se ven en peligro. LEER

viernes, 27 de abril de 2018

martes, 17 de abril de 2018

La falacia del derecho a decidir, por Enrique Gil Calvo

El derecho a decidir no se puede aplicar si hacerlo implica perjudicar a otros. Y pretender extenderlo sin límites a cualquier decisión colectiva, como ocurre con el derecho de autodeterminación, es antidemocrático. En el caso catalán se ha incurrido en otras actuaciones de lesa democracia como incumplir las leyes, violar los derechos de las minorías y forzar un seudorreferendo sin garantía alguna. Pero todos esos vicios se derivan de su unilateral anclaje en un falaz derecho a decidir que viola injustamente las libertades ajenas. LEER

domingo, 15 de abril de 2018

Los nuestros, por Julio LLamazares

La división de los los ciudadanos entre los nuestros y los demás remite a la época tribal, cuando nuestros antepasados se agrupaban en manadas para defenderse unos de otros, y, en tiempos más recientes, a las mafias italianas (“Nunca digas lo que piensas a alguien fuera de la Familia”, le decía don Vito Corleone a su hijo Sonny en El Padrino), pero escuchada en boca de la ministra de Defensa hace dudar hasta de su patriotismo ¿Pues qué es el amor a la patria sino el amor a todos sus miembros sean del color que sean? LEER

Sobre lenguas y hegemonía: el caso asturiano, por Xandru Fernández

Por fin nos hemos decidido a enterrar la hemiplejía política que en Asturias caracterizó a la Transición: empieza a ser verosímil que la lengua asturiana adquiera el estatuto de lengua oficial. Sea por eso o porque por fin nos hemos decidido a enterrar la hemiplejía política que en Asturias caracterizó a la Transición, lo cierto es que en los últimos meses empieza a ser verosímil que la lengua asturiana adquiera en breve el estatuto de lengua oficial. Es una batalla en la que llevamos empeñados, algunos, más de media vida, y tal vez por eso somos renuentes a celebrarlo antes de tiempo e incluso sospechamos que habrá más de un gato encerrado y que al final todo quedará en papel mojado. LEER

lunes, 9 de abril de 2018

La vida de los ángeles, por Gustavo Martín Garzo

Coger el encanto de las cosas, hacerlo de una forma irónica, triste, musical, involuntaria, eso hacen tanto Miguel Delibes como Josep Pla cuando escriben. Eligen un lugar y a través de las palabras lo hacen entrar en la esfera de los significados. Hacen de él un lugar soñado y un lugar real; un lugar que tiene la presencia de las cosas reales, pero también la intensidad de los sueños. LEER

miércoles, 4 de abril de 2018

Emilio LLedó, en El País (28/03/18)

El ‘asignaturismo’, hacer exámenes continuamente, es la muerte de la cultura” Emilio Lledó presenta en 'Sobre la educación' un compendio de sus artículos y reflexiones de la enseñanza, los exámenes o el papel de la Filosofía en las aulas LEER

¿Cuándo prevaleceremos?, por Joseph Stiglitz

...ahora reconocemos que Estados Unidos está pagando un alto precio por su desigualdad, y ese precio es especialmente alto por su desigualdad racial. Una sociedad marcada por estas divisiones no será un modelo para el mundo, y su economía no florecerá. La verdadera fortaleza de Estados Unidos no es su poder militar sino su poder blando, que ha resultado muy erosionado no sólo por Donald Trump, sino también por la persistente discriminación racial. Todos saldremos perdiendo si esto no se resuelve. LEER

viernes, 23 de marzo de 2018

Laicismo nacional, por Jorge Urdánoz

Una nación puede albergar en su seno otras naciones solo si concebimos la idea de nación no como un territorio en el mapa, sino más bien como una opción personal para la cual no existe ya —y esto es lo que han de entender todos los nacionalistas— ninguna verdad única o revelada. Esto es, si pensamos las naciones no mediante fronteras, necesariamente geográficas, sino mediante creencias, subjetivas por necesidad. LEER

miércoles, 21 de marzo de 2018

Parece que el electorado empieza a espabilar, por Paul Krugman

El programa político republicano no tiene misterio. Desde hace al menos 40 años, el objetivo político fundamental del partido ha sido la redistribución hacia arriba de la renta: menos impuestos para los ricos y grandes recortes en los programas que ayudan a los pobres y a las clases medias. Hemos visto funcionar ese programa en la política de todos los presidentes republicanos, desde Reagan hasta Trump, y en todas las propuestas de presupuestos de estrellas del partido como Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes. LEER

La cultura de la contratación temporal, por Antón Costas

¿Por qué somos tan diferentes al resto de europeos en cuestiones relacionadas con la desigualdad de ingresos y de oportunidades? Somos el país donde mayor es la diferencia entre lo que ganan el 20% más rico y el 20% más pobre, casi siete veces; donde más ha aumentado la pobreza y el número de trabajadores pobres desde el inicio de la crisis; donde menos han crecido los salarios y más las remuneraciones de los altos ejecutivos de grandes empresas reguladas o con poder de mercado; y, donde más han aumentado los contratos temporales y a tiempo parcial. Todo esto es algo que me desconcierta como economista y me desasosiega como ciudadano. En todo caso, las consecuencias (económicas, sociales, individuales, familiares) son demoledoras. LEER

lunes, 19 de marzo de 2018

Otro milagro, por Manuel Vicent

Primero fueron los jóvenes, después las mujeres, ahora los jubilados. Atención, gobernantes ciegos e incompetentes, un nuevo ejército de viejos soldados está preparado para dar la batalla. Aunque parecen frágiles son duros como el pedernal porque llevan incorporado el sufrimiento por la vida y ya no tienen nada que perder. Creíais que se iban a conformar con bailar boleros y pasodobles en Benidorm, con jugar a la petanca en algún jardín municipal o con llegar derrengados de cualquier excursión de la tercera edad. Son pacíficos y conservadores, pero tienen en sus manos una papeleta de voto en forma de hacha. LEER

Las lenguas de España, por Miguel Barrero

Los romanos trajeron el latín a la península Ibérica y el idioma fue aclimatándose al entorno. Su código asimiló vocablos preexistentes y de esa combinación entre la nueva norma culta y las palabras viejas nacieron dialectos que convivieron durante varios siglos. La filología considera que esos dialectos —gallego-portugués, asturleonés, castellano, navarro-aragonés, catalán, las distintas variantes mozárabes— adquirieron la categoría de lenguas cuando desapareció aquella que los había engendrado. Su evolución fue desigual y dependió mucho del peso político que iban adquiriendo sus respectivos ámbitos geográficos. Cuando Alfonso X sustituyó el latín por el castellano, este idioma asumió la hegemonía comunicativa en lo que tiempo después sería el Reino de España. LEER

jueves, 15 de marzo de 2018

Gabrielillo en el cuarto de juegos, por Santiago Alba Rico

Había una vez un niño que se llamaba Gabriel o Gabrielillo, el Pescaíto para sus papás, el Pelusín para algunos de sus amigos. Era un niño normal; es decir, excepcional. Era gracioso, bueno, guapo, ingenuo y, como todos, un poco consentido. Estaba siempre maravillado. Le gustaban los peces del mar. Le gustaban los camaleones de las ramblas. Le gustaba el mundo y lo demostraba riéndose a carcajadas ante cualquier figura redonda o peluda o de colores. Estaba siempre como diciendo con la mirada y con los dientes: qué suerte haber llegado a un lugar como este, con cielo y tierra y lenguados y pasteles. A través de sus ojos, un lugar como este –que llamamos mundo– a los adultos nos parecía seguro, hermoso, apetecible, habitable. No es verdad que los niños transporten un mundo nuevo; transportan un mundo más antiguo, antes del Diluvio y de Caín, antes de los trabajos y los días, antes de la lucha de clases, antes incluso del amor con todas sus perrerías. Los niños transportan un mundo enteramente a su medida en el que las piedras parecen piedras y las palmeras parecen palmeras y en el que, si en el camino aparece un palo o en la montaña una cueva, es porque eso es justamente lo que en ese momento sueñan o necesitan. “Gabrielillo, ¿qué has pescado este año?”. “Un rehfriaó”, nos decía riéndose con ese acento almeriense que daba aún más cuerpo a su infancia sin heridas. LEER

miércoles, 14 de marzo de 2018

Recetas contra el fanatismo, por Amos Oz

Sin embargo, hay que recordar que casi nunca es posible acabar con una idea, ni siquiera con una idea retorcida, tan solo a palos. Es necesaria una respuesta, una idea alternativa, son necesarias unas creencias más atractivas, unas promesas más convincentes. No me opongo de ninguna manera al uso del palo contra los asesinos. No soy pacifista, no creo en lo de ofrecer la otra mejilla, ni tampoco comparto esa idea tan extendida de que la violencia es el mal absoluto. Desde mi punto de vista, el mal más extremo no es la violencia en sí misma, sino la agresividad. La agresividad es “la madre de toda la violencia”. La violencia es la materialización de la agresividad. Efectivamente, muchas veces hay que contener la agresividad a palos. Lo que pasa es que esos palos deberían ir acompañados de una idea atractiva y convincente. Sin una idea así, los fanáticos, sean del tipo que sean, ocuparán el espacio vacío. LEER

sábado, 10 de marzo de 2018

Noam Chomsky en Babelia (10.03.18)

Hace ya 40 años que el neoliberalismo, de la mano de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, asaltó el mundo. Y eso ha tenido un efecto. La concentración aguda de riqueza en manos privadas ha venido acompañada de una pérdida del poder de la población general. La gente se percibe menos representada y lleva una vida precaria con trabajos cada vez peores. El resultado es una mezcla de enfado, miedo y escapismo. Ya no se confía ni en los mismos hechos. Hay quien le llama populismo, pero en realidad es descrédito de las instituciones. LEER

lunes, 26 de febrero de 2018

La repugnante brutalidad del EEUU de Trump, por Paul Khrugman

Lo que está teniendo lugar ahora mismo en Estados Unidos no es solo una guerra cultural. Para buena parte de la derecha actual, se trata de una guerra contra el concepto mismo de comunidad, de sociedad que emplea la institución que denominamos Estado para ofrecer ciertas protecciones básicas a todos sus miembros.../... Ninguna otra nación avanzada experimenta masacres con la misma frecuencia que nosotros. ¿Por qué? Porque averiguan los antecedentes de quienes aspiran a poseer un arma, limitan la posesión de armas en general y prohíben las armas de asalto que permiten a un asesino (siempre es un hombre) matar a docenas de personas antes de que alguien pueda abatirlo. Y sí, estas normativas funcionan. LEER

lunes, 19 de febrero de 2018

La soledad, por Julio LLamazares

Hay una idea perversa que identifica modernidad con desinterés familiar, alentada por un capitalismo feroz más que por un verdadero cambio moral de la sociedad. Las condiciones a las que el trabajo obliga, más que la conversión de la virtud de la compasión en rémora, ha hecho que desde hace ya tiempo en los países desarrollados los ancianos hayan sido apartados del centro de la vida y desprovistos de la atención de sus familiares. Abandonados en casas en las que se mueren solos (y no es una exageración: la última, una anciana esta semana en León, hallada dos meses después de morir) o en residencias que son auténticos guardamuebles de viejos, esperan a Godot mirando la televisión y aguardando las horas de las comidas, lo único que les pauta el día y les distrae de su aburrimiento. La visita de sus hijos los domingos, si es que se da, lejos de consolarlos de su soledad la acrecienta. LEER

viernes, 2 de febrero de 2018

La igualdad y la desigualdad, por Juan José Millás

No sé cómo tratan a un ministro cuando llega a las urgencias de un hospital público, pero dudo que lo aparquen en un pasillo. Dudo incluso que se les muera en un rincón y que los médicos piensen que se ha ido porque lo han llamado por la megafonía sin obtener respuesta. Hace poco falleció de ese modo un desigual. En realidad, se había ido, pero al otro barrio. La cuestión es que lo trataron de forma desigual porque saltaba a la vista que pertenecía a esta categoría. Se podría decir que cumplieron los protocolos, así que no hay caso. Como no estamos por la labor de atenuar las fronteras entre la igualdad y la desigualdad, sino todo lo contrario, de aquí a poco nos darán carnés de una cosa u otra, de modo que, cuando usted solicite un servicio del Estado, sepan enseguida si darle una patada u ofrecerle un café. LEER

martes, 16 de enero de 2018

Economía (no) social de mercado, por Antón Costas

Vayamos ahora a la segunda cuestión. ¿Está ahora la economía contribuyendo al bien común? Sin duda, ¡no! Sólo hace falta ver los datos recientes: el crecimiento ha vuelto a todas las economías. Pero la precarización laboral, la depauperización salarial y el aumento de la desigualdad y la pobreza, en particular en España, no permiten hablar de progreso social. El resultado es que la economía de mercado ha perdido su adjetivo social. LEER

Entrevista a Christian Felber (El País 14/01/18)

Christian Felber: "El sistema económico actual es perverso: beneficia los comportamientos no éticos" La economía actual busca el crecimiento del PIB de una nación o maximizar el beneficio financiero de las empresas, lo que deja de lado si esa empresa crea empleo y de calidad, si hay igualdad de trato entre hombres y mujeres en las compañía, si cuida o destruye el medio ambiente, si produce armas o productos sostenibles... LEER

jueves, 11 de enero de 2018

Entrevista a William Kentridge (El País, 31/12/2017)

Duchamp cuestionó lo que podía ser el arte exponiendo un urinario en la Sociedad de Artistas Independientes de Nueva York. Pero a usted no le interesa. Porque optó por convertirse en un artista enigmático jugando al ajedrez durante 20 años. Para mí eso irradia una actitud muy europea de cansancio y falta de interés por el mundo, incluso de cinismo, que también forma parte del legado europeo. Tengo una relación de amor-odio con Duchamp y otros artistas, como Bruce Nauman, porque trabajaban con la seguridad de estar en el centro del mundo. América en los ochenta, París en los veinte. Eso ha cambiado. Ahora es posible trabajar en la periferia y mostrar tu trabajo en el Reina Sofía, algo impensable hace 20 años. LEER