Atormentarse de forma individual no sirve para nada. Como mucho te sentirás un poco mejor después de haberte atormentado, pero ninguna solución será individual. Será colectiva o no será. Colectivamente hemos decidido no ser conscientes de lo que implica nuestro modo de vida y sus consecuencias. Es comprensible que la gente no quiera hacer cambios radicales en su vida, como dejar de utilizar el coche, y por eso de manera avariciosa aceptamos que las cosas sean como son. Pero nuestro estatus solo es posible aquí porque hay otros estatus diferentes en otras partes del mundo. No hay más que fijarse en la esperanza de vida y lo desigual que es, dentro de Alemania y también entre países. Es la lotería del lugar de nacimiento.../...
Tenemos que cambiar la manera de consumir y de producir. Tenemos que consumir menos, producir menos; es una cuestión de tener menos.../...
Hay que ampliar nuestro concepto de democracia a la economía, reducir el poder de las grandes empresas. Tiene que ser un cambio que venga desde abajo, de la gente del sur que se organice; y en los países ricos de la mano de gente que no quiera verse obligada a tener que hacer daño a otros para poder vivir. Incluso los más pobres en nuestras sociedades, si quieren vivir, tienen que consumir camisetas a 99 céntimos o carne a dos euros el kilo. Hemos reducido los costes de producción de manera artificial. No internalizamos los costes reales, los sociales, los ecológicos, y por eso podemos producir ropa y teléfonos inteligentes baratos. La motivación tiene que ser la conexión con la gente que al final paga por nuestro estilo de vida.
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