domingo, 30 de diciembre de 2018

España, por Fernando Vallespín

Cuando hace unos días Aznar afirmó que Cataluña era una Comunidad Autónoma fallida se equivocaba. La nación fallida es España. Sí, si no lo fuera no tendríamos el problema que tenemos al otro lado del Ebro. O, ya con menor intensidad, en Euskadi. Lo que Aznar y los suyos son incapaces de ver es que una nación no es una entidad metafísica construida de forma apriorística. En esto nada les distingue de los así llamados nacionalismos periféricos. Todos ellos parten del presupuesto de que si los datos empíricos se apartan del ideal, pues peor para la realidad. A esta habría que introducirla así en una especie de lecho de Procusto para que se conformara a aquel. Tengo para mí que el uso partidista de los símbolos comunes es la actitud contraria de lo que debería ser un patriotismo bien entendido. El auténtico patriota es el que no excluye de la nación a quienes no tienen la misma concepción del ser nacional ni utilizan esta como arma en la confrontación política. Como si hubiera una forma buena y otra mala de ser español. ¿Que esto es lo que hacen los independentistas, señalar a quienes no comparten su visión del sol poble? Pues razón de más para no caer en esta espiral. LEER

2018: el año de los charlatanes , por Moisés Naím

Los charlatanes siempre han existido. Son bribones que con gran habilidad verbal logran venderle a incautos algún tipo de producto, remedio, elixir, negocio o ideología que, sin mayor esfuerzo, les quitará sus penas, aliviará sus dolores o los hará prósperos. Últimamente, el mercado de la charlatanería, especialmente en la política, ha tenido un gran apogeo. Ha aumentado tanto la demanda como la oferta de soluciones simples a problemas complejos. La demanda la impulsan las crisis y a la oferta la potencian las redes sociales . Los embaucadores de hoy son, en esencia, similares a los que siempre han existido, solo que ahora disponen de tecnologías digitales que les dan inimaginables oportunidades. Son charlatanes digitales. La intervención clandestina de un país en las elecciones de otra nación es un buen ejemplo de prácticas antiguas que se han repotenciado. Ahora los charlatanes digitales operan a través de los famosos bots. Estos son programas que diseminan a través de las redes sociales millones de mensajes automáticos dirigidos a usuarios que han sido seleccionados porque tienen ciertas características: una determinada edad, sexo, raza, localización, educación, religión, clase social, preferencias políticas, hábitos de consumo, etcétera. Como todos los buenos charlatanes, los administradores de los bots saben identificar a las personas propensas a creerles. Antes, los charlatanes usaban su intuición para identificar a sus víctimas, ahora usan algoritmos. LEER

jueves, 20 de diciembre de 2018

La autonomía como valor instrumental, por Francesc Carreras

La autonomía, por tanto, no es un valor absoluto y primario sino relativo, un instrumento supeditado a la finalidad principal: que el Estado sea más eficaz y eficiente para hacer posible los más amplios ámbitos de libertad de las personas, como sujetos de derechos fundamentales, sin discriminación alguna. Si se quiere reformar la organización territorial se debe tener claro este carácter subordinado de la autonomía: no se trata de “cuanta más, mejor” sino “justo la necesaria” para garantizar la igual libertad de todos. LEER

sábado, 15 de diciembre de 2018

Feliz Navidad, por Manuel Vilas

Feliz Navidad a las mujeres de todos los clubes de alterne de España y de todas las islas españolas. Feliz Navidad a todos los que están en la cárcel, y a todos los que no saben que mañana ingresarán en la cárcel. Feliz Navidad a los alcohólicos. Feliz Navidad a los ancianos en los asilos. Feliz Navidad a los devorados por el Alzheimer, que no recuerdan qué es la Navidad ni que ellos fueron protagonistas de maravillosas Navidades. Feliz Navidad a los maestros de la escuela pública. Feliz Navidad a la Guardia Civil. Feliz Navidad a Pablo Iglesias. Feliz Navidad a Bertín Osborne. Y Feliz Navidad a todas las monjas de los escasos conventos de clausura que aun quedan en España. Feliz Navidad a Antonio Machado, que aunque está muerto entenderá el abrazo que le mando. Feliz Navidad a todos los que vieron morir a los suyos a manos de la ETA. Feliz Navidad a los que aún saben distinguir el bien del mal. Feliz Navidad a Raphael, para que siga cantando su Tamborilero. Feliz Navidad a Oriol Junqueras, porque su corazón es noble, y Feliz Navidad a LEER

Ordesa, por Juan José Millás

Ordesa es la carta del náufrago que esperábamos desde hacía años. Llegó a las librerías cabalgando sobre una ola de espuma que al retirarse la dejó en la orilla, abandonada entre una cantidad notable de restos de lo más variado. No destacaba por su título ni por su portada, tampoco por el nombre de su autor, que no era conocido fuera de determinados circuitos. Pero bastaba leer la primera página para advertir que aquella llamada de socorro venía de lo más hondo de nosotros mismos. Nos reclamaba porque en cierto modo, además de sus protagonistas, éramos también sus autores. LEER

lunes, 3 de diciembre de 2018

El fascismo que viene, por Enric González

Las causas de que el fascismo esté en auge dan para una enciclopedia. Desde los disparates fiscales del neoliberalismo hasta la angustia ante la revolución tecnológica y la destrucción del trabajo como valor, desde el envilecimiento de ciertas élites hasta la glorificación del egoísmo, desde los cambios provocados por la mundialización y los movimientos migratorios hasta el debilitamiento de las instituciones nacionales frente a nuevas instituciones internacionales que no han logrado ser lo bastante eficaces y lo bastante representativas. La izquierda, sea lo que sea eso, debería preguntarse por qué lleva décadas articulando su proyecto en torno a las minorías. Precisemos: en torno a un proceso de creación, exaltación y radicalización de minorías que, llevado al absurdo (y en el absurdo estamos), genera un mosaico de piezas imposibles de ensamblar. ¿Cómo va a ser posible componer ese rompecabezas, si cada pieza compite con la otra por un mismo espacio y tiene objetivos incompatibles con los de la pieza de al lado? El fascismo que viene cuenta con la capacidad de destruir la democracia en nombre de la democracia. Como en otras ocasiones, solo puede ser derrotado por una mayoría que defienda los delicados y esquivos principios de la convivencia. En otras ocasiones fue imposible componer esa mayoría. Parece que hoy tampoco. LEER