Alarma, la UE vive horas bajas. El dios romano Saturno se comía a sus hijos para evitar que le hicieran lo que él a su padre: castrarlo. Los hijos de un mejor Saturno, la Europa de historial democrático, que no los supo digerir bien, están ya devorándola. Los populismos autocráticos, nacionalistas y atrasados del Este —los nuevos socios de la UE, los países de la Europa central y oriental, pecos— han impuesto sus temores y su lenguaje facha en la cumbre de Bratislava del viernes
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