miércoles, 17 de agosto de 2011

El alma asturiana , por Luis Arias Argüelles-Meres

"....Como el valle, la montaña tiene puestos por la naturaleza misma los límites del territorio, sus habitantes no aspiran a apropiarse de más. El hombre de la montaña no aspira a dominar a otros, pero quiere el dominio pleno de su territorio; por eso, fuera de sus reacciones guerreras de independencia , es naturalmente pacífico...Por su naturaleza, por su historia, por todo su ser la casona es el anticastillo. El castillo se hizo para la guerra y la casona para la paz... Por eso del castillo, cumplida su misión , no quedan más que ruinas, románticos recuerdos del pasado, mientras que la casona es pasado, presente y porvenir, porque en ella arde el fuego de un hogar, mantenido por el tronco de la estirpe..."

Valentín Andrés.

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Contra Jeremías, por Félix de Azúa

"Pasó ya el tiempo de la riqueza inmerecida. Ahora llega el tiempo de la pbreza que nos corresponde"

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