martes, 24 de octubre de 2017

España, un país sin contrato social; por Antón Costas

¿Cuál es el pegamento que hace que una sociedad se mantenga unida y evite una fractura social y el caos político? Si tuviéramos respuesta podríamos afrontar mejor el malestar ciudadano y los conflictos políticos territoriales que tenemos delante. Para ver cuales son sus componentes conviene volver la vista atrás. Las sociedades occidentales desarrolladas vivieron una etapa de armonía social y política en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Fueron los "Treinta Gloriosos". ¿Cómo se logró? Con un contrato social entre fuerzas anteriormente antagónicas. Los partidos socialdemócratas aceptaron que la economía de mercado era un instrumento válido de creación de riqueza. Por su parte, el liberalismo clásico aceptó la creación de un estado social. LEER

lunes, 23 de octubre de 2017

Entrevista en el País a Francois Jullien (22.10.17)

P. El candidato del Partido Socialista, Benoît Hamon, le citaba a usted y a su idea de las “transformaciones silenciosas”. ¿Cómo explica usted la crisis de la izquierda en Europa? R. Creo que la izquierda europea debe mutar. Todavía se agarra al mito de la revolución. Y la revolución es imposible hoy día, no tiene ningún sentido. Debe pensar en las transformaciones silenciosas, lo importante es cambiar las cosas, de modo efectivo. La izquierda no se ha vuelto pragmática, se ha vuelto cínica: habla de igualdad y por debajo hace todo lo contrario. Ha tenido tantos casos de corrupción como la derecha en Francia, y pagará cara su inmoralidad política cubierta de igualdad ficticia. Me cuesta hablar de su país, pero me parece que a la izquierda española le pasa lo mismo. Y a la italiana. LEER

lunes, 9 de octubre de 2017

La ley de hierro, por José María Ridao

La grave tensión que se vive en Cataluña no debería ocultar la única evidencia que permite albergar alguna esperanza: nada irreparable ha sucedido todavía. Antes de que la situación siga degradándose, los líderes que nos han arrastrado hasta este punto deberían responder a la pregunta que les dirigimos como ciudadanos sobrecogidos por un horizonte al que no queremos enfrentarnos: ¿el objetivo que se proponen es que siga sin suceder nada irreparable, o, simplemente, la victoria de su programa? Si la respuesta es esta última, reconozcámoslo de inmediato: ninguna solución es posible. No estaríamos representados por líderes que se conforman con lo posible sino por fanáticos que desprecian el coste de lo improbable. Implicarnos a los ciudadanos como comparsas de su designio hará de ellos, sin duda, personajes de la historia. Pero no por haber salvaguardado valerosamente la libertad, sino por haber comprometido irresponsablemente la convivencia. LEER

viernes, 6 de octubre de 2017

La izquierda frente a la secesión, por Armando Fernández-Steinko

El ala conservadora y liberal del independentismo catalán mira a través de un filtro como este: el “Estado español”, un artificio culturalmente ajeno, es un lastre del que hay que desprenderse para poder convertirse en la Finlandia del Mediterráneo. De ahí a pedir la secesión sólo hay un pequeño paso. Se niegan a abrir los ojos al efecto multiplicador que tendría la dinámica independentista en toda España Para los sectores conservadores esta forma de pensar no representa un escollo ideológico insalvable pero las izquierdas incurren en contradicciones importantes para salvar su discurso independentista. LEER