Vayamos de menos a más. Ha habido comportamientos de miembros del Partido Popular que podríamos calificar como poco edificantes. Desde aquel “¡qué se jodan!” dirigido a los parados que lanzó la diputada Andrea Fabra en el Congreso durante el debate de julio de 2012 en el que el presidente Rajoy anunciaba los mayores recortes de la historia de la democracia, hasta las bromas y burlas de sus señorías cuando Pedro Sánchez habló, también en el Congreso, de pobreza infantil. A todo ello habría que añadir la insuficiente rendición de cuentas del presidente, quien ha evitado dar explicaciones cuando las cosas se ponían desagradables para él o para su Gobierno: el momento más llamativo fue aquella comparecencia en la sede del PP a través de un monitor de televisión para hablar sobre la financiación del partido.
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